Fin de Año en Carcassonne

Aunque las Fiestas Navideñas nos gusta pasarlas en casa, entre família y amigos, este año nos apetecía hacer una escapadita de un par de días en coche a algún destino cercano, para desconectar un poco antes de volver a la rutina. 

Por este motivo decidimos pasar el Fin de Año de una forma diferente, visitando la ciudad medieval de Carcassonne, ubicada al sur de Francia, a 3,5 horas en coche desde Barcelona. 

Nos alojamos en el hotel Campanile, que encontramos a través de Booking. El Campanile se encuentra a las afueras de Carcassonne, por eso es más económico que los hoteles céntricos, pero si vas en coche no es ningún problema ya que en 5 minutos estás en la Cité.
El hotel es muy nuevo y está decorado en un estilo moderno, tiene una terraza exterior y aparcamiento gratuito. En los alrededores del hotel hay varios supermercados, centros comerciales, farmacia, etc. 

Antes de llegar a Carcassonne, hicimos una primera parada en Narbonne para visitar su casco antiguo y el recinto formado por la Catedral y el Palacio de los Arquebisbos, que en estas fechas está decorado con motivos navideños. Además, en las orillas del canal que atraviesa el centro, había instalado un pequeño mercado navideño y una feria.

Entrada al recinto de la catedral

Catedral de San Justo y San Pastor

Canal de Narbonne

Una vez llegamos a Carcassonne, ya por la tarde, fuimos a dar una vuelta para ver el mercado navideño y las atracciones, llamadas "La Magie de Noel", que se reparten por las diferentes plazas de la ciudad. 

En plaza Gambetta se encuentra la mayor parte de las atracciones: el tiovivo, la noria y el mercado navideño; en la plaza Carnot hay una pista de patinaje sobre hielo y, finalmente, en la plaza de Gaulle hay más atracciones. La verdad es que está muy enfocado para los niños. 

El mercado navideño, al igual que el de Narbonne, es pequeñito, no se puede comparar con los mercados de Alsacia o Alemania, pero es bonito de ver. Casi todas las casetas son de comida rápida, dulces o souvenirs... todo un peligro para los que caemos en la tentación!! 

La Magie de Noel, Carcassonne

Atracciones en Plaza Gambetta, Carcassonne

Para cenar preferimos ir a algún restaurante de la Cité (la ciudad medieval) que estaba preciosa toda iluminada por la noche. Fue muy chulo pasear por sus callejuelas y plazas ténuemente iluminadas y prácticamente desiertas ya que todo el ambiente estaba en el interior de hoteles, bares y restaurantes, totalmente comprensible con el frío que hacía!!

Algunas de las fotos que hicimos:

Acceso a la Cité

Las murallas

Durante el paseo nos quedamos prácticamente congelados. Hay que decir que, a parte de las temperaturas frías del invierno, en Carcassonne sopla contínuamente un viento helado que proviene de los Pirineos, con lo cuál la sensación de frío es mayor, así que es imprescindible abrigarse bien, guantes y gorro incluídos.

Para volver a entrar en calor nada mejor que cenar una típica cassoulet, mmmmmm!! Qué rica!! Es parecida a una fabada asturiana pero se cocina con pato. Entramos en Le Trouvere y el sitio nos gustó bastante. El ambiente del local era rústico con un aire de taberna y la comida estaba muy buena y gustosa, así que repetimos al día siguiente. 

La típica cassoulet

El día siguiente lo dedicamos a visitar la Cité. El coche hay que dejarlo en los aparcamientos habilitados alrededor de la ciudad medieval, que tienen varias tarifas en función de las horas que se quieran dedicar. 

Carcassonne es una ciudad fortificada que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. No hay que perderse la visita al Castillo de los Condes de Carcassonne, las murallas y la basílica, a parte de disfrutar de sus calles, comercios y restaurantes. 

Una de las características de esta ciudad medieval es que fue rehabilitada por el arquitecto Violet le Duc, a mitad del s.XIX, siguiendo su criterio de reconstruir todos los elementos necesarios para que la ciudad recuperara el mismo aspecto que había tenido en el pasado.

Muralla doble 

Espacio entre murallas

Algunas vistas de la ciudad nueva desde la Cité Medieval:

Entrada al Castillo de los Condes de Carcassonne:

Vistas de la Cité desde la ciudad nueva:

Vista de la Cité desde el puente viejo

Carcassonne y el puente viejo

La cena de Nochevieja la hicimos en el restaurante del hotel Campanile. Tenían un menú de 25 euros/persona, que para Nochevieja nos pareció súper barato, y incluía un entrante de foie, un segundo a escoger entre rollito de cerdo con bacon o Saint Jack Poulees (vieiras), y tarta de postre. 

La verdad es que cenamos genial, lo único que no entraba en la cena era el cotillón de Nochevieja (turrones, uvas y cava). Nos sorprendió que en Francia no tienen la tradición de comer las doce uvas con las campanadas.